jueves, 16 de febrero de 2012

Más doble moral que Carrillo.

Y es que está de moda ir de revolucionario sin cojones para afrontar la realidad. Cada vez se ve a más progre que apoya a los 15Memos en su campaña de perdida de tiempo no violenta. ¿Qué mierda os pensáis? ¿Que por sentarse en Sol a cantar "Éstas son nuestras armas" el gobierno se va a asustar? Luego la policía os echa a hostias y vosotros lloráis en vez de responder. Porque claro, las fuerzas del orden son nuestras amigas, están para ayudar, son simples victimas, les obligan a oprimir... Comédmela todos.

Sólo sois infelices capitalistas que "no pueden soportar este sistema despótico" pero que tampoco hacen nada por redimirlo. A la mierda las manis con cartulinas, niñatas haciéndose fotos y hippies fumando porros. La lucha nunca fue exclusivamente dialéctica, las palabras deben estar acompañadas de actos. Actos bastos, actos violentos, actos revindicativos, actos brutales... en definitiva: actos revolucionarios. No sois representantes del proletariado, vosotros, que llegáis holgadamente a fin de mes. Votar al PSOE o a IU con la esperanza de que se legalice la yerba no convierte a uno en anti sistema, si no en gilipollas. Joder, me encantaría escribir algo sentimental, pero, qué coño, esto es más sentimental que cualquier estúpida historia de amor. Es mi integridad, mi orgullo como ser independiente de esta asquerosa sociedad en la que sobrevivo la que me obliga a desahogarme poniendo por escrito toda esta mierda.

Y sí, quiero la cabeza de Rajoy puesta en mi habitación al lado de los huevos de Botín. No soporto el tolerarionismo que es costumbre entre los miembros de la falsa izquierda española.


domingo, 12 de febrero de 2012

Tengo la rabia del estudiante heleno.

Ya era hora de publicar y lo hago con más rabia en sí que buenas ideas, pero necesito desahogarme. Desahogarme y homenajear al pueblo con más cojones que jamás ha conocido esta distópica sociedad, regida por explotadores, multinacionales y sádicos dictadores encubiertos. Hoy, en este mundo que se asemeja a una mala precuela de 1984, la clase obrera griega ha explotado. Y digo hoy como concepto temporal indefinido que quiere plasmar la actualidad, porque esto ya les viene de lejos. Desde las altas esferas de la Unión Europea se ha intentado paliar y desprestigiar al único pueblo que de verdad es consciente de que la vida va mucho más allá de ver telecomedias con risas enlatadas y ojear catálogos de artículos que jamás podrán comprar sin vender su alma al diablo y su vivienda de cuarenta metros cuadrados a una entidad bancaria. Que se jodan Merkel y Sarkozy, quizá la zona euro no pueda subsistir sin Grecia, pero los griegos sólo pueden vivir sin ella. Cualquier otra cosa sería una superviviencia aberrante. Draghi, métete tus reformas por el culo, los griegos no son tan idiotas como los portugueses. Quemarán Atenas si es necesario para cambiar las cosas.