viernes, 26 de abril de 2013

"Llueve, a fuera llueve"


Lo sabe porque oye las gotas inmolarse contra la ventana. Quizá en nombre de Neptuno. Sólo son chicas jóvenes que buscan su propia salvación. Sabe que llueve porque huele la humedad. Porque siente la humedad, pegajosa y repugnante, como sus dedos.

Llueve dentro del baño ahora que la ventana está abierta. El aire frío acaricia su piel, erizándola, recordándole que está viva. Eso le encanta.

Llueve también en los ojos de la extraña que le juzga en el espejo. Llueven cristales. Llueven lágrimas que saben a mar embravecido rompiendo contra las rocas. Muriendo furioso, matándose por rutina.

Llueven bilis y pesadillas en el bidé. Le arden las costillas. El ambiente se impregna con olor a putrefacción. A sal. A tierra mojada, a gusanos, a madera.

A sangre.

Llueve dentro del baño. No huele nada. No oye nada, no siente nada. Pero ella sabe que está lloviendo.

4 comentarios:

  1. Creo que soy yo la va a tener que postrarse a tus pies.
    Tienes una forma de narrar muy intensa y destructiva (esto último en el mejor de los sentidos).

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  2. Yo añadiría al comentario anterior que también tienes una forma de narrar destructiva en el peor de los sentidos.

    Y diría que es un alago.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Creo que voy a imprimirlo o a escribirlo en algún papel, he terminado cogiéndole cariño. Me conforta.

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